- BIENVENIDOS -†††

No temo a las palabras de los enemigos, si no, al silencio de quienes dicen ser amigos. No temo a las mentiras de los traidores, si no, a la traición de los débiles. No temo al ataque de los mismos de siempre, si no, al ataque caprichoso de los cobardes y confundidos. No temo al horror, no temo al terror porque lo conocemos bien desde que nacemos, le temo a la esperanza y a la confianza, las mismas que se vuelven contra nosotros y nos hostigan hasta que morimos. Uno se acostumbra a seguir construyendo castillos de cristal en el aire, sin prever la tempestad.

lunes, 28 de noviembre de 2011

¿Y qué?

¿Y qué?
Si no somos más que crisálidas atolondradas
que bajo el escaparate del cordón se suspiran
y entra rubias y negras hablan de morochas y pelirrojas
que bien han sabido chiflarnos y olvidar,
mas qué hacerle libélula del recordar
que destapar otra rubia y de su pico tomar
oyendo el tema que está por sonar
y acrecentar la charla amena, desvariada...
tal vez en una de esas, no sin más,
se nos inmole el recuerdo y podamos olvidar
mientras en la espera, mientras en el dormitar,
libélula amiga, hablemos de algo que no sea el amar.
¿Y qué?
Si nos la pasamos noches de día en vidrieras
de viejos bodegones sin gourmet ni mesas ni sillas
acariciando lívidamente nuestro reflejo
sollozando mariposas cristalizadas
azuladas borrosas de un triste espetar,
ven querida libélula de mil años o más
quédate en el parapente y observa mi accionar
que si la noche nos tiende una coartada
y el ocaso muere al compás
bien sabré yo tonta bestia animal
cómo hacer de la noche un bonito lugar.

Mala Partida


Dime tú hermano,
sí tú,
que has vivido más
que has sufrido más
y conoces la mar azul,
dime que ha de pasar
con este sufrir
que condenado a sentir
estoy sin fin
ni rumbo ni paz.
Consiénteme,
oh tú
hermano capaz,
bien has sabido llorar
y reír como ningún
abstráeme tu sapiencia
abrázame sin brazos
has roto tus lazos
e internado tus creencias,
si has recorrido
has vagado no en vano
por ti
por este mundo corroído
bríndale a este hermano
algo abandonado
acongojado
la paz sempiterna
de tu gracia de morisquetas
en ese rubor de amar.
Si he llegado hasta aquí
y no he pasado por allí
¡hey tú!
guíame hasta la entrada
de este laberinto sin fin,
compréndeme sin más
sin palabras al hablar
solo brinda tu silencio
envuelto en miradas
a este hermano sin hermanas
que tan mal le ha ido en el azar.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

De Dioses y Estrellas


Mucho tiempo atrás los Dioses, que grandes bailarines siempre supieron ser, danzaban y bailaban alrededor del vasto cosmos. Entre sus 2 x 4 y rumbeares por debajo de sus pies rasgando el vacío brotaban chispas y partículas de polvo que se esparcieron por toda la profunda nada naciendo así los planetas y las constelaciones.
Entre sus respiraciones y algunos descansos, que serían para nosotros millones y millones de millones de años, se fue gestando la vida en ciertas partículas de polvo y chispas cristalizadas.
Los Dioses fueron dejando así un camino de vida, universos y constelaciones en sus pasos de baile y se fueron perdiendo a otras realidades y otras danzas.
En su ausencia las estrellas, siempre tan competitivas entre ellas como lo es sabido, se disputaban por quién resultaba ser la más brillante y la más hermosa. Así poco a poco se fue creando la luz en la oscuridad y en esa competición participaron todas las estrellas sin excepción; incluso la luna se había colado sin permiso pero fue prontamente expulsada por no ser una estrella legítima, desde aquel entonces, renegada, se dedica a robarle el brillo a las estrellas descuidadas cada vez que tiene oportunidad.
Así competían ellas mientras los hombres nacían y morían a lo lejos, algunas de tanto brillar se inmolaban esparciendo cientos de miles de millones de estrellitas bebés por todo el universo. Otras se esforzaban tanto que en una pequeña detonación salían volando cual estrellas fugaces frente a las risas de las demás, pero hubo una en especial que decidió ser la más hermosa de todas aunque no la más brillante. Ardiendo joven y llameante comenzó a lanzar ráfagas de fuego y ardores de pasión tan candentes que alejó a todas las demás a años luz de distancia. Al atenuar su fulgor se dio cuenta que la fiesta había finalizado, su soledad le concedía la melancólica victoria y su trono era un lugar fijo y solitario.
Ahora suele sollozar cada tanto la pobre acompañada por la zorra luna que fingiendo ser su amiga le despoja cada tanto algo de su luz para lucirla en su plateado vestido de noche. Los hombres ya adultos le acompañan para que no se sienta tan sola, es más, solían ofrecerle antes sacrificios en su nombre pero ella no busca adoradores, sino más bien, admiradores. Quiere creer los elogios de los hombres pero se aflige al verlos bajar la mirada al suelo ante ella.
Pobre estrellita, tan sola, tan linda, todavía no comprende que el ojo del ser humano aun no está preparado como para espetar tanta belleza y se queman sus pupilas por ese fulgor ardiente de pasión intacta y amor soleado.


Kenny

martes, 1 de noviembre de 2011

Momentos retrospectivos

¿Cuántas medidas de penas entran en una medida de whisky?
¿Cuántos suspiros arrebatados en pitadas de tabaco?
¿Cuántas heridas hechas entre hojas de poesía?
¿Cuántos sueños vedados por el insomnio?
¿Cuántas palabras encarceladas por el silencio?
¿Cuántos sentires acallados en roncos latidos?
¿Cuántas vidas apagadas en un instante?
¿Cuántos deseos cercenados en desilusiones?
Fuegos helados que carcomen la consciencia,
gélidas llamas que arden friolentas en la mar
no más que ríos amontonados que descienden
desde las pupilas hasta las mejillas,
desde el alma desnuda hasta el blanco papel.
No es momento ni tiempo, tampoco suerte ni lugar,
es solo un ángel sin alas expulsado del cielo
que busca entre mutismos y calmas un lugar pa llorar.

Kenny

Rehenes


Qué tan cruel ha de ser el amor
que vagan por
ahí despechados despellejados
por haber abandonado
su piel pa tratar de olvidar caricias.
Lagrimosos sin lagrimales
de tanto haber lagrimeado,
amantes que aman
un amor desenamorado,
silenciosos que callan
silencios pa gritar mutismos,
otros que por detestar besos añejos
besan labios fríos de olvidos besados.
Qué tan cruel ha de ser el amor
que vagan y vagan los enamorados
sin un amor a quién amar,
atontados algunos por esa enfermedad
se internan en el psiquiátrico de la locura y
se declaran incompetentes pa seguir,
otros mártires se embarcan
en los océanos de la mala memoria
pa olvidar recuerdos recordados
y mojar sus pies en aquellas palabras nunca dichas,
aquellos deseos no realizados,
promesas no cumplidas, amores frustrados.

Kenny

Dos locos


Ahí donde habita el olvido suele colarse el recuerdo
y qué mala suerte che que el dolor lo saca corriendo,
él no se da por vencido, vuelve emperrado,
el olvido ni se pispea ya que anda, como siempre, algo borracho.

Ahí donde habita el recuerdo suele colarse el olvido
borracho el loco suele robarle algunos momentos del alhajero,
éste lo encuentra y antes que cuente diez el olvido se escapa.
¿A dónde va el olvido si con el recuerdo no se lleva y el dolor lo acompaña?

Así andan estos dos locos por los montes de la mente
y entre dolores y alegrías danza y baila la vida.
Cuando el tiempo sufre un paro cardíaco o el reloj se queda sin pilas
el recuerdo se marcha a descansar y el olvido de lo demás se olvida.

Así andan estos dos, y cuando el ocaso se yerme sobre el respirar
entre tambores indios y aplausos de flamenco
danza alegre y penosa la muerte
que flaca como la ven se olvida de quien nace y se acuerda de quien muere.


Kenny