- BIENVENIDOS -†††

No temo a las palabras de los enemigos, si no, al silencio de quienes dicen ser amigos. No temo a las mentiras de los traidores, si no, a la traición de los débiles. No temo al ataque de los mismos de siempre, si no, al ataque caprichoso de los cobardes y confundidos. No temo al horror, no temo al terror porque lo conocemos bien desde que nacemos, le temo a la esperanza y a la confianza, las mismas que se vuelven contra nosotros y nos hostigan hasta que morimos. Uno se acostumbra a seguir construyendo castillos de cristal en el aire, sin prever la tempestad.

lunes, 31 de enero de 2011

Bien Agraciadas


Los senderos dan a cada instante un panorama

de lo que es, lo que fue y será.

Luego de caminar y haber descubierto mi rostro

pude tomar notas y decir lo que mi alma anhelaba expresar.

Enamorado estoy... de las prostitutas,

no de las de ahora... por favor, ¡no!

si no de aquellas ya pasadas, ¡las del 1800!

Amaria vivir en esas épocas

tan retrospectivas de las nuestras

¡y apocalípticas!

donde la sífilis era cosa de todos los dias

cobrando a los amantes de aquellas damas

lo que el dinero no puede devolverles,

su inocencia y su dulce eucaristía.

Esas prostitutas...

tan jóvenes...

conservando una amabilidad desarreglada...

guardando ahorros entre sus escotes...

¡que no daría por amar a una!

Cubriéndose con un vestido victoriano

desgarrado por un cliente insatisfecho

almorzando una manzana seca

mientras es cojida por un viejo desesperado

por unas cuantas monedas viejas.

¡Cuanto os amaría!

No hay ser más puro,

mujer más fina, más dulce

que una prostituta...

pero no cualquier putita de calle,

si no aquellas que trabajaban su cuerpo para comer...

aquellas que escapaban de la inquisición para subsistir

que pecaban para poder vivir.

¡El cuerpo no vale ni lo que el estiercol!

Tantas mujeres que se desprestigian

elogiándose ellas mismas...

El cuerpo de la mujer es hermoso por naturaleza

para ser amada por el poeta,

tentación del demonio

¡orgullo de Dios!

pero ellas al cometer el pecado de soberbia

su belleza enmohecen

y su sed carnal no tiene perdón...

Dan asco

es patético

y aleja a nosotros

amantes de la belleza.

Solo atrae a buitres ambrientros

que abren sus piernas

para saciarse entre gemidos apresurados

y sucios movimientos

de aquella carne joven

de piel blanquesinada

y ojos encendidos como velas de cera.

Efimera sensación de placer

no deja más que sudor

pero aquella que ama

que siente en verdad

que adora la nube que pasa

la luna que brilla

el sol que tras el ocaso se apaga

y entre soledad y humillación

con agreste vino feliz brinda...

¡Esa! es la que no se desprestigia....

¡ah! aquella es verdadera...

es para bien amarla

para acariciar sus piernas

para compartir sus suspiros

besar sus curvas

penetrar su espíritu

¡y odiarla!

porque aquella es quien roba nuestro corazón

y nos vuelve idiotas...

¿El poeta nunca ha desprestigiado el cuerpo de la mujer?

claro, prostitutas... mujeres...

¡El poeta usa a las descarriadas

así como Dios apalea al pecador!

Pues no hay prostituta más barata...

que aquella que se alaba a sí misma,

y no hay dama más refinada,

que la ramera que despide a su cliente

con una caricia mendiga mientras que

con sucias sábanas de seda

su cuerpo usado y estropeado

con inocente timidez tapa...


Kenny

1 comentario:

  1. no puedo expresar lo que buestras palabras aki plasmadas me han hecho sentir y pensar, podria leerlo mas de diez veces y seguiria con una mas dudas y querellas de replecar mas no tengo palabras por mas que trate u.u "REY"

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