Sabbat

Las benditas danzaban majestuosas
alzabanse garras colas y cuernos,
bañados en lluvia de ceniza
frente al oscuro profundo infinito
se consumía leñoso el gran fuego.

Cantaban, reían los alegres paladines
se confundían entre gritos y gemidos
los conjuros las oraciones
precoces de la tajante orgía
librados al viento.

La sangre se filtraba
por entre la blanca arena
de beldades vírgenes pálidas
dilapidadas en ajenjo.

Se había diseccionado el carma
danzaban majestuosos los paladines,
se habían abierto las puertas
en medio del eco de la historia
se había detenido el tiempo.

Se brindaba por la llegada imperante
del macho de tres cuernos,
se celebraba en congregación
-cada suicidio será en secreto.-

Alas de mariposas fusiladas pululaban
consumidas por la vehemencia
descarnadas por el decrépito,
las lágrimas solo eran de placer
secadas por la brisa del gris céfiro.

Y en lo alto de los deseos
-complaciente-
se hacía fornicar la esperanza,
que asistía al Sabbat absorto
besándose con hechiceras
confundiendo su presencia
en otro gran reencuentro.

Kenny