Entre suspiros entrecortados de deseo
agitaciones alteradas de lo esperado
musitaste unas escasas palabras
dejándote llevar por aquello vedado
que el cristianismo tanto nos niega
y que por ello, más nos arrebata.
Y cuando la luna arde en el infinito
las voces enmudecen
ensueños se propagan entre los durmientes,
y dos almas impías se aman,
condenan su alma
pecan tras las espaldas de Dios
y se corroen en un baño ardiente de fuego
acariciándose la piel
con zarpas afiladas que desgarran
con delicadeza y altísimo amor.
Los labios se humedecen
la piel se estremece
los ojos se dan vuelta
nos dejamos poseer
por un exasperado vampiro sediento
y un ardiente súcubo hambriento.
Tu ambición de conocer a Dionisio
y mi lujuria de hacer mía a Cleopatra
se entremezclan con el vino de nuestras bocas
y el incienso en la liviandad del aire.
Las sábanas son nuestros únicos atavíos
y en esta sempiterna misa negra
danzamos despojados para ahuyentar la muerte,
limpiamos nuestros rostros con los jaramagos
y nos hundimos en el placer de ascender a la colina
gobernando milímetro a milímetro
el cuerpo desnudo del otro.
Los espejos imitándonos
se empañan ante nuestra pasión
proponiendo siluetas imperceptibles
de nuestro chispeante pecado.
Una alfombra roja reviste nuestro Edén,
eres Lilith y yo tu Adán,
antes de que Eva ocupe tu lugar
poséeme y sáciate en mi carne,
que por tu castigo de no encontrar fin a tu lujuria
de aquí te han de desterrar.
Abrázame fuerte con tus suaves muslos afable Alouca
aunque la vida me arrebates
ante mi suicidio
derramaré por sobre tu piel escamosa
el néctar de la vida
para tu alimento embrujado.
Lánguidamente entraré en ti
como el astro penetra en la noche
y haremos el amor mi reina
entre agitadas sombras
mientras las velas se consuman
y los pétalos se marchiten…
Podremos suspirar agotados
antes de que Átropos corte nuestros hilares
y debamos pagar por nuestros pecados
habiéndote violado, irresistible ramera,
mientras aspiraba el cálido vapor
que brota del Ganges.
La noche morirá junto a nuestro goce
partirá el alba ensartada entre mil chispas,
un suave beso, morder tus labios,
rozar suavemente tu cuello
tu cabello desparramado sobre la cama
y tu cuerpo sin vida destapada…
Sublime fue el haberte tenido,
haber entrado en ti,
el demonio de la embriaguez te posee ya
y el tiempo es muy efímero para esperar.
Fumando lentamente admiro tu belleza desnuda
me encontraré contigo en mi viaje,
el opio se encargará de ceñirme
y luego del extravagante Sabath
me recuesto a tu lado
para entregarme al sueño perezoso
mientras tus muslos dejo de acariciar.
Es, ahora y siempre,
el sexo nuestro magnífico Dios
el único quien nos ha de librar…
Kenny
Es dificil no dejar de admirarte, eres genial :), me encanta. Gracias.
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