- BIENVENIDOS -†††

No temo a las palabras de los enemigos, si no, al silencio de quienes dicen ser amigos. No temo a las mentiras de los traidores, si no, a la traición de los débiles. No temo al ataque de los mismos de siempre, si no, al ataque caprichoso de los cobardes y confundidos. No temo al horror, no temo al terror porque lo conocemos bien desde que nacemos, le temo a la esperanza y a la confianza, las mismas que se vuelven contra nosotros y nos hostigan hasta que morimos. Uno se acostumbra a seguir construyendo castillos de cristal en el aire, sin prever la tempestad.

domingo, 17 de julio de 2011

Poséeme


Entre suspiros entrecortados de deseo

agitaciones alteradas de lo esperado

musitaste unas escasas palabras

dejándote llevar por aquello vedado

que el cristianismo tanto nos niega

y que por ello, más nos arrebata.


Y cuando la luna arde en el infinito

las voces enmudecen

ensueños se propagan entre los durmientes,

y dos almas impías se aman,

condenan su alma

pecan tras las espaldas de Dios

y se corroen en un baño ardiente de fuego

acariciándose la piel

con zarpas afiladas que desgarran

con delicadeza y altísimo amor.


Los labios se humedecen

la piel se estremece

los ojos se dan vuelta

nos dejamos poseer

por un exasperado vampiro sediento

y un ardiente súcubo hambriento.


Tu ambición de conocer a Dionisio

y mi lujuria de hacer mía a Cleopatra

se entremezclan con el vino de nuestras bocas

y el incienso en la liviandad del aire.


Las sábanas son nuestros únicos atavíos

y en esta sempiterna misa negra

danzamos despojados para ahuyentar la muerte,

limpiamos nuestros rostros con los jaramagos

y nos hundimos en el placer de ascender a la colina

gobernando milímetro a milímetro

el cuerpo desnudo del otro.


Los espejos imitándonos

se empañan ante nuestra pasión

proponiendo siluetas imperceptibles

de nuestro chispeante pecado.


Una alfombra roja reviste nuestro Edén,

eres Lilith y yo tu Adán,

antes de que Eva ocupe tu lugar

poséeme y sáciate en mi carne,

que por tu castigo de no encontrar fin a tu lujuria

de aquí te han de desterrar.


Abrázame fuerte con tus suaves muslos afable Alouca

aunque la vida me arrebates

ante mi suicidio

derramaré por sobre tu piel escamosa

el néctar de la vida

para tu alimento embrujado.


Lánguidamente entraré en ti

como el astro penetra en la noche

y haremos el amor mi reina

entre agitadas sombras

mientras las velas se consuman

y los pétalos se marchiten…


Podremos suspirar agotados

antes de que Átropos corte nuestros hilares

y debamos pagar por nuestros pecados

habiéndote violado, irresistible ramera,

mientras aspiraba el cálido vapor

que brota del Ganges.


La noche morirá junto a nuestro goce

partirá el alba ensartada entre mil chispas,

un suave beso, morder tus labios,

rozar suavemente tu cuello

tu cabello desparramado sobre la cama

y tu cuerpo sin vida destapada…


Sublime fue el haberte tenido,

haber entrado en ti,

el demonio de la embriaguez te posee ya

y el tiempo es muy efímero para esperar.


Fumando lentamente admiro tu belleza desnuda

me encontraré contigo en mi viaje,

el opio se encargará de ceñirme

y luego del extravagante Sabath

me recuesto a tu lado

para entregarme al sueño perezoso

mientras tus muslos dejo de acariciar.


Es, ahora y siempre,

el sexo nuestro magnífico Dios

el único quien nos ha de librar…


Kenny

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