No puedo negar mi cansancio,
mi fatiga, mi aburrimiento...
No puedo ocultar el tedio en mi rostro
hacia lo diario, la cotidianeidad...
pero mi cansancio no acarrea cadenas en mis muñecas
ni grilletes en mis tobillos,
no arrastra consigo el peso del tiempo
o la podredumbre de la homogeneidad.
Mi fatiga se debe al levantarme cada mañana,
salir a la calle cada tarde
y volver a la cama cada noche.
Mi aburrimiento se debe al diario,
el encontrar los mismos deseos
tatuados en el rostros de los transeúntes,
los mismos pesares en las pupilas de los viajeros,
los mismos muertos en cada calle.
Pero aun así veo cada amanecer
antes de ir a dormir,
cada anochecer
antes de empezar a vivir.
Me restauro en el firmamento infinito
donde ángeles como golondrinas se despluman
en un revolotear intenso bajo un halo de plata,
mientras tanto juego a la ruleta rusa
con un alma emperrada en mi desacierto
pero nuevamente gano y sigo mi camino,
el cadáver de la impotencia se desangra atrás
salgo de nuevo a la realidad.
Ah! la noche abstracta que me desazona
y el tiempo infame que me conduce a la miseria,
me gano nuevas enemistades
¡éstas ocasionan mi fatiga, mi cansancio!
harto de sus ecos de insultos estoy,
basta...
esta noche volveré a soñar.
Kenny
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