Levántate poeta, que la lucha aun continúa bajo tus pies desalineados.
Suenan y resuenan los estallidos, agonizos de compañeros inundan el aire, solo una cosa es advertida entre tanto sufrir, aquel arroyuelo que marca rumbo en su paso arrastrando con su corriente los lamentos en su fluir de sangre.
Las explosiones brillantes centelleantes se reflejan en los delicados pétalos de flores aplastadas por botas embarradas. El sol se impregna libidinoso en pupilas de caídos, de sentenciados heridos, cuerpos de descarte.
Y el avanzar del enemigo resulta ser muerte y destrucción entre los valientes, cabezas aplastadas entre cuerpos mutilados, gargantas cercenadas entre gritos ahogados…
Levántate poeta, sujeta la pluma con fuerza, has de piedra tu corazón y reviste de titanio tu alma. Eres omnipotente en la guerra, tú que has nacido para rendir culto a la belleza, describe ahora mismo la tristeza que tu cuerpo tanto reserva.
Aunque manco ya, aun tu herida sangrante, levántate poeta y cuenta la historia verdadera, aquella misma que no pueden narrar, los caídos en combate.
Que la pluma reivindique tus palabras y llegue a oídos futuros prematuros.
Aunque el enemigo corte tu garganta y tus huesos resquebraje, levántate poeta y mientras tu corazón se dilate tu mente lúcida sea, así y todo no descanses.
Kenny
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