Piérdete
entre aquellos
apretujados vestigios
de lo que fueron cenizas
de una hoguera ya extinta,
de un ocaso ya vertido
en el infinito de la noche
oscura y profunda
de pupilas café
morena candente
expectante
de lo que vendrá...
súbete al carruaje
de fibras purpúreas
navega entre los dolientes
haciendo eco de la realidad
que observas insensato reflejar
en aquel espejo,
estira sus cabellos,
muerde sus orejas,
arráncales las entrañas
pero no los dejes ahogar,
no los dejes hundir
en el océano azabache de lo bizarro.
Sujeta con fuerza a cuantos puedas
y arrástralos hacia las cruces plateadas
barnizadas de rojo escarlata,
palpables,
coaguladas...
Desde tu carruaje,
piérdete en el mar de condenados,
pisa sus cabezas,
patea sus sienes,
pero no dejes de gritarles,
nunca dejes de golpearlos,
porque aquellos condenados serán los mismos
que en su mutismo y su extrañeza intangibles
reivindicarán todas tus aversiones,
tus demandas,
tus hazañas,
sin importar que así mismo
tú no lo quieras...
por ello,
por ellos,
piérdete
entre aquellos apretujados vestigios
de lo que fueron cenizas
de una hoguera ya extinta,
de un ocaso ya vertido
en el infinito de la noche oscura
que se hace más y más espesa
en las pupilas café
de aquella dulce y pasional,
sensual y ardiente
morena de órbitas llameantes.
Kenny
Es un hermoso escrito, con invitacion a muchos sentimientos, dime realmente los sentistes en cada palabra escrita? rey
ResponderEliminar¡Muy bien logrado! pero no quiero decir mas, el comentario anterior es muy morboso, jaja. abrazo.
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