- BIENVENIDOS -†††

No temo a las palabras de los enemigos, si no, al silencio de quienes dicen ser amigos. No temo a las mentiras de los traidores, si no, a la traición de los débiles. No temo al ataque de los mismos de siempre, si no, al ataque caprichoso de los cobardes y confundidos. No temo al horror, no temo al terror porque lo conocemos bien desde que nacemos, le temo a la esperanza y a la confianza, las mismas que se vuelven contra nosotros y nos hostigan hasta que morimos. Uno se acostumbra a seguir construyendo castillos de cristal en el aire, sin prever la tempestad.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

De Dioses y Estrellas


Mucho tiempo atrás los Dioses, que grandes bailarines siempre supieron ser, danzaban y bailaban alrededor del vasto cosmos. Entre sus 2 x 4 y rumbeares por debajo de sus pies rasgando el vacío brotaban chispas y partículas de polvo que se esparcieron por toda la profunda nada naciendo así los planetas y las constelaciones.
Entre sus respiraciones y algunos descansos, que serían para nosotros millones y millones de millones de años, se fue gestando la vida en ciertas partículas de polvo y chispas cristalizadas.
Los Dioses fueron dejando así un camino de vida, universos y constelaciones en sus pasos de baile y se fueron perdiendo a otras realidades y otras danzas.
En su ausencia las estrellas, siempre tan competitivas entre ellas como lo es sabido, se disputaban por quién resultaba ser la más brillante y la más hermosa. Así poco a poco se fue creando la luz en la oscuridad y en esa competición participaron todas las estrellas sin excepción; incluso la luna se había colado sin permiso pero fue prontamente expulsada por no ser una estrella legítima, desde aquel entonces, renegada, se dedica a robarle el brillo a las estrellas descuidadas cada vez que tiene oportunidad.
Así competían ellas mientras los hombres nacían y morían a lo lejos, algunas de tanto brillar se inmolaban esparciendo cientos de miles de millones de estrellitas bebés por todo el universo. Otras se esforzaban tanto que en una pequeña detonación salían volando cual estrellas fugaces frente a las risas de las demás, pero hubo una en especial que decidió ser la más hermosa de todas aunque no la más brillante. Ardiendo joven y llameante comenzó a lanzar ráfagas de fuego y ardores de pasión tan candentes que alejó a todas las demás a años luz de distancia. Al atenuar su fulgor se dio cuenta que la fiesta había finalizado, su soledad le concedía la melancólica victoria y su trono era un lugar fijo y solitario.
Ahora suele sollozar cada tanto la pobre acompañada por la zorra luna que fingiendo ser su amiga le despoja cada tanto algo de su luz para lucirla en su plateado vestido de noche. Los hombres ya adultos le acompañan para que no se sienta tan sola, es más, solían ofrecerle antes sacrificios en su nombre pero ella no busca adoradores, sino más bien, admiradores. Quiere creer los elogios de los hombres pero se aflige al verlos bajar la mirada al suelo ante ella.
Pobre estrellita, tan sola, tan linda, todavía no comprende que el ojo del ser humano aun no está preparado como para espetar tanta belleza y se queman sus pupilas por ese fulgor ardiente de pasión intacta y amor soleado.


Kenny

2 comentarios:

  1. *.* no sé que decir, siento que me has robado el aire con ese escrito kenny!!! >///<), Déjame admirarte por siempre *.*, eres como la música, siempre varias pero tus palabras son tan profundas que sin darse uno cuenta, lo enamoras...

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  2. Lo que mas rescato de este escrito, es la manera tan Galeana que has adoptado…El sol que ha robado luz a otras estrellas, la luna que se luce en su plateado vestido de noche, las miles de estrellas en el universo, una imagen visual excelente. Este escrito es bien a lo Eduardo Galeano jaja ¡Amo la forma que has adoptado!
    También la competencia entre las estrellas marca a un Nietzsche: porque el sol al competir con las otras estrellas y mejorar, ha logrado mostrarle el camino a la luna, que aunque sea de noche tiene un vestido para ponerse.
    Majo:)

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