- BIENVENIDOS -†††

No temo a las palabras de los enemigos, si no, al silencio de quienes dicen ser amigos. No temo a las mentiras de los traidores, si no, a la traición de los débiles. No temo al ataque de los mismos de siempre, si no, al ataque caprichoso de los cobardes y confundidos. No temo al horror, no temo al terror porque lo conocemos bien desde que nacemos, le temo a la esperanza y a la confianza, las mismas que se vuelven contra nosotros y nos hostigan hasta que morimos. Uno se acostumbra a seguir construyendo castillos de cristal en el aire, sin prever la tempestad.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Noche - Oscuridad.



Noche - Oscuridad

Y llegó el momento

en el cual los astros se apagaron,

en el cual el sol

se despidió de los seres humanos...

y las estrellas se alejaron

poco a poco

como así se oyeron

a lo largo y ancho de la tierra

los gritos y plegarias

de hombres y mujeres hacia Dios...

Y como una vela encendida

en una oscura habitación

ésta necesita de la oscuridad para existir...

mas la oscuridad prevalece en libertad

sin necesidad del fuego o la luz

para abarcarlo todo

y cubrir todo aquello donde no quede por qué existir.

Y como Lord Byron aseguraba

al caer la oscuridad

los hombres desesperados buscarán algo de luz

prendiendo fuego todo aquello que encontraban

en busca de claridad,

en busca de aquello que se perdía en la noche y su virtud.

Pero cuando ya no había qué quemar

cuando se había prendido fuego todo aquello que quedaba

cuando el miedo todo lo empezó a abarcar

¡Y cuando ya no se veían los rostros unos a otros!

las cenizas se elevaron entre ráfagas sobre el aire,

al igual que los gritos se levantaron

como sueños y pesadillas a la noche.

El mundo no era más de nadie

y nadie era nada más...

la nada lo era todo

en aquella maldita y eterna noche

donde luchaban por un poco de luz, sin piedad.

Y la muerte llegó al mundo

los hombres mataban y morían sin saber por quien,

llantos de niños y lágrimas de mujer inoportunos...

para aquella tierra oscura, seca y vieja

donde los humanos habían perdido su fé.

Las aguas se mezclaron con la sangre

las rosas se cubrieron de miedo...

ya no hubo nadie quien ampare

a aquellos que rezaban y oraban en su duelo.

Y junto con las cenizas

la parca también se levantaba

y con su oscura presencia rondando por doquier

una vez más todo fue negro...

Todo fue tristeza, desilusión y penas

ya nadie creía que vería la luz de nuevo.

Y cuando las horas se perdían entre desesperaciones

mientras los más débiles eran tentados

por la idea del suicidio

y los más fuertes sucumbían a ella

entre estigmas y delirios,

mientras el silencio se hacia reina...

allá, a lo lejos de aquellos montes negros espesos,

solo las carcajadas de Satán le robaban su monarquía a la reina,

su felicidad victoriosa...

su alegría burlona...

predominaba por sobre las plegarias

de aquel Dios ausente en invierno.

Mientras la vida se iba oscureciendo

en aquel ocaso de muerte...

mientras el mundo volvía a lo que era antes

solo tierra y noche...

se oyó un llanto del hombre vivo más fuerte

del único que quedaba...

un niño,

frente al cuerpo sin vida de su madre.

Aquejado por el duelo

que solo los infelices y desgraciados sienten...

el miedo, la tristeza, la pena y el dolor

consumieron la única llama que quedaba en la tierra...

silenciando para siempre

los latidos de su joven e inocente corazón...

éste al suelo cayó.

Su sangre sobre la noche eterna se derramó...

al fin, la muerte todo lo cubrió,

al fin, no quedaba más vida en ningún corazón.

Y así Satán del lugar se marchó,

hacia la nada se retiró...

él también había muerto,

con nadie quien lo odiara...

nadie quien de él hablara

nadie quien lo alabara

solo desapareció.

Y con nadie con amor,

nadie quien misa celebrara...

¡nadie con vida!

en aquella noche eterna

de aquella tierra reseca...

donde no quedaba ser humano vivo

ni fantasía vigente

o fé en algún creyente...

tal vez...

también

Dios murió.



Kenny


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