Qué no daría por darte todo. Entregarme de lleno a tus
artimañas y poder creer en tus mentiras, tus falacias. Ser el amante de tus
engaños, el cruel deseo que se crispa ante cada necesidad. Corroer en tu mente
cual humo de tabaco en una habitación cerrada, sin poder escapar, sin poder
desenvolverse.
Qué no daría por abrasarme hasta cenizas y renacer en tus pupilas manantiales, tu torso pálido frente a la medianoche que arrasa con tu cuarto tras las cortinas de la ventana. La fría estepa de tu emoción, la soledad donde te bañas, ser el silencio azaroso con que fraguas las visiones que tenías de niña. Qué no daría por darte todo, qué no daría por hacerte parte de mi nada.
Qué no daría por abrasarme hasta cenizas y renacer en tus pupilas manantiales, tu torso pálido frente a la medianoche que arrasa con tu cuarto tras las cortinas de la ventana. La fría estepa de tu emoción, la soledad donde te bañas, ser el silencio azaroso con que fraguas las visiones que tenías de niña. Qué no daría por darte todo, qué no daría por hacerte parte de mi nada.
Kenny
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