- BIENVENIDOS -†††

No temo a las palabras de los enemigos, si no, al silencio de quienes dicen ser amigos. No temo a las mentiras de los traidores, si no, a la traición de los débiles. No temo al ataque de los mismos de siempre, si no, al ataque caprichoso de los cobardes y confundidos. No temo al horror, no temo al terror porque lo conocemos bien desde que nacemos, le temo a la esperanza y a la confianza, las mismas que se vuelven contra nosotros y nos hostigan hasta que morimos. Uno se acostumbra a seguir construyendo castillos de cristal en el aire, sin prever la tempestad.

lunes, 2 de julio de 2012

Otoño

Era algo fatal, tenebroso en realidad. Ver como caían, una tras otra, pum, ¡crash!, parecían entregarse resignadas a la caída y al terrible impacto contra el suelo. Algunas se abrían, otras se resquebrajaban, se partían en dos, en tres, en cien pedazos. Yo quería advertir sobre ello, buscaba la manera de que observaran lo que estaba ocurriendo, quería que percibieran sus gritos, la adrenalina en su caída, la muerte en su soledad. En ese momento empecé a gritar, más aun a aquellos quienes las pisaban y las hacían gemir bajo sus botas. Gritaba, lloraba, señalaba, suplicaba, pero nadie oía, nadie hacía nada. Solo mamá se me acercó y calmó mi llanto. Ella me abrazó, me conocía bien, sabía que en esos momentos solo necesitaba un abrazo para calmarme. Me dijo que todo estaría bien, que al caer el otoño las hojas no morían, si no que los árboles se desvestían para luego lucir su nuevo traje de primavera. Con hojas mucho más hermosas, más tiernas, más vivas. Me dijo que la muerte es solo el renacer de la vida, que las hojas resquebrajadas en el suelo eran el pasado que debía ser pisado para levantar la mirada y contemplar las nuevas hojas donde poder escribir el paso de otras estaciones.


Kenny

1 comentario:

  1. Marqué que era excelente porque realmente es muy tierno y conmovedor. Un escrito de esos que te hacen abrir el corazón y recordar que en la infancia las cosas menos importantes para los adultos eran indispensables para los niños que fuimos. Precioso!! En especial porque no hay como la mirada de un niño, me encanta bien a lo Galeano jaja hermoso hermano!!

    majo :)

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