- BIENVENIDOS -†††

No temo a las palabras de los enemigos, si no, al silencio de quienes dicen ser amigos. No temo a las mentiras de los traidores, si no, a la traición de los débiles. No temo al ataque de los mismos de siempre, si no, al ataque caprichoso de los cobardes y confundidos. No temo al horror, no temo al terror porque lo conocemos bien desde que nacemos, le temo a la esperanza y a la confianza, las mismas que se vuelven contra nosotros y nos hostigan hasta que morimos. Uno se acostumbra a seguir construyendo castillos de cristal en el aire, sin prever la tempestad.

sábado, 28 de agosto de 2010

La que siempre me ha acompañado:


La que siempre me ha acompañado:

Hoy no ha sido un día más para mí
hoy en caído de lleno nuevamente
junto a mi hermosa compañera de vida
y de muerte...

Ella me ha abrazado

¡Como si desde siempre me hubiese extrañado!

Y reconfortado de tal manera así
recosté mi rostro sobre su pecho
declarándole mi fidelidad a su suerte.

Tierna, supo recibirme de nuevo...
su amor, no se había desgastado...
hermosa, eternamente...
supo esperarme, desde siempre,
cuidando aquel amor que supo ser nuestro
y que insolente, alguna vez había abandonado.

Pero ya todo había encontrado su final

¡Ya todo había acabado!

Vertiendo entre sus manos
aquel delicioso amor añejado
supo perdonarme sin más
y llevarme a aquella fantasía
de la cual hacia tanto, me había alejado.

Mirándome a los ojos
alimentándose del tenue brillo de mí mirar,
acariciándome y así,
narrando canciones de corazones sin alma
y amores perezosos...
prometiéndome, para siempre...
volverme a amar.

Susurrándome palabras de calma
mientras suave acariciaba mi dolor,
con una sonrisa en los labios
mientras aun en sus brazos me encontraba recostado...
fortalecían mi frágil alma
sus tan inocentes, promesas e ilusiones de amor.

Pobre enamorada,
en busca de felicidad inexistente la abandoné...
pero a sus brazos regresar
mis lágrimas nuevamente supo aceptar.

Como un niño, quien derrama pequeñas perlas de sal,
llegué desconsolado hacia ella...
y vencido la abrasé.

Supo perdonar mi huída
supo guardar su amor,
¡bien sabía que volvería!
que en sus brazos de nuevo caería
y que en su pecho nuevamente mi cabeza recostaría...
y para ello, me aguardaba tierna su calor.

En busca de algo imposible,
melancólica la había abandonado,
tanto me arrepiento
en verdad lo siento...
amor, había olvidado que eras muy sensible,
me siento en verdad muy avergonzado.

Pero ahora,
que todos me han abandonado.

¡Que la oscuridad...!
se ha vuelto mi único refugio de paz...

Que el dolor es lo único que llena mis horas
mientras todos de mi sufrir se han alejado...

Es que yo he regresado contigo,
para amarte una vez más,
entregarme de lleno a tus brazos,
sentirte fuerte y desplomarme en cada abrazo...

Para así tenerte atada siempre conmigo,
y para no alejarme de ti... nunca más.

Porque fuiste el amor más fuerte que he tenido,
mi única promesa de amor...
aquella que siempre me ha esperado...
la que siempre he recordado...
y con quien hoy he vuelto lastimado y vencido,
solo para traerte más penas y dolor.

Pero me has aceptado,
en tus brazos me has recibido con gusto,
mientras yo descargo mi llanto...

Entre tantos y tantos
momentos de odio y malos ratos
en los que deseaba tanto que volviésemos a estar juntos...

Y ahora...

¡Todo lo he abandonado!

Solo para poder contigo siempre estar...
y por eso es que te amo...

¡Para siempre te voy a amar!

Pues nunca me has abandonado,

¡Siempre me acompañarás!

Como una bendición
o como un castigo
que siempre me perseguirá...

Pues ahora que todo lo he perdido
me he dado cuenta que solo fuiste tú
quien me supo en verdad amar,
la que siempre me ha acompañado...
enamorada, hermosa, mi amor...
mi dulce y tan condenada
eterna y fría soledad...

Kenny.



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