- BIENVENIDOS -†††

No temo a las palabras de los enemigos, si no, al silencio de quienes dicen ser amigos. No temo a las mentiras de los traidores, si no, a la traición de los débiles. No temo al ataque de los mismos de siempre, si no, al ataque caprichoso de los cobardes y confundidos. No temo al horror, no temo al terror porque lo conocemos bien desde que nacemos, le temo a la esperanza y a la confianza, las mismas que se vuelven contra nosotros y nos hostigan hasta que morimos. Uno se acostumbra a seguir construyendo castillos de cristal en el aire, sin prever la tempestad.

lunes, 21 de mayo de 2012

El por qué de las preguntas


He reflexionado en importantes temas sin importancia y así haber llegado a conclusiones inconclusas de un sujeto amedrentado por todos y ataviado por la soledad.
He tenido largas charlas con indiferentes silencios estrambóticos y negado palabras u opiniones a personas que gritan como metralletas.
He creído en aquellos que fueron descreídos por todos solo para llegar a creer en la incredulidad de los demás, en la fascinación del descubrir nuevas añoranzas repudiadas y odiadas por la gran mayoría para poder llegar a reencontrarme con aquella esencia construida diariamente en la afinidad del ser.
He faltado a juntas, reuniones, asambleas, para quedarme pensando e hilando suposiciones sobre qué hubiera sucedido si hubiese asistido y claramente así fui sumergiéndome en el ostracismo del cual no reniego.
He obtenido victorias y fracasos de los logros ajenos y a la vez, lo ajeno me ha resultado siempre tan propio, que he abandonado toda ambición material para apostar por lo abstracto y surrealista de aquel que ama lo odiado, de aquel que odia lo amado y abrazado por todos, de aquel que se proyecta siempre las probabilidades antes que los fines, de aquel que vive permanentemente en un instante precedente a un final ya escrito antes de comenzar.
He buscado casi sin gracia el ocio de rodearme de súcubos e incubos para perecer en los brazos de la más herida, de la más golpeada (quien terminara por desquitarse con mis huesos).
He buscado la vida antes de la muerte y he descubierto que en esa búsqueda he actuado en una eterna escena teatral sin guión.
He trascendido en lo efímero del inconsciente colectivo y he sido olvidado en los momentos de lucidez y madurez de aquellos que reclaman ser llamados personas.
Ahora bien, ¿por qué seguir?
Por la curiosidad misma de no saber qué sucederá mañana al dar vuelta la hoja y preguntarse si las lágrimas vuelven en forma de rocío al rayar el alba un nuevo amanecer.
Kenny

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