La viste llegar a lo lejos, te reincorporaste como te
enseñaron de chico, la viste a los ojos y contuviste aquellas inmensas ganas de
gritar. Tranquilamente susurraste una canción mientras ella te observaba,
altanera como siempre, sabiendo de su victoria antes de la apuesta. Parpadeaste
dos o tres veces antes de comenzar a fatigarte, ella solo estaba sin estar.
El este se teñía de claroscuro y la noche te dio el último mordisco antes
de huir por el oeste. La ciudad se levantaba ya, "los otros"
retornaban a su vida, dejando los sueños en almohadas desprendidas de los
colchones y frasquitos pintados por el paso del tiempo. Ahí mismo te tendió la
mano y dio tres golpecitos con el pie en el suelo. Tragaste saliva, suspiraste
lánguidamente y con los dientes casi entrecerrados dijiste: "Bueno, hasta
acá llegué. Toma mi mano desgraciada y hazme uno más de la nada, toma mi mano y
arrástrame a aquello que siempre odié. Llévame al lugar sin retorno donde
mueren los niños antes de ver la luz, mátame en vida y convierte mi cuerpo en
un esclavo más de tu puta rutina."
¿Qué más le ibas a hacer? no siempre conseguiste lo que quisiste y la caída por KO nunca fue tu fuerte, siempre preferiste huir de la batalla creyendo servir pa otra guerra...
¿Qué más le ibas a hacer? no siempre conseguiste lo que quisiste y la caída por KO nunca fue tu fuerte, siempre preferiste huir de la batalla creyendo servir pa otra guerra...
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