- BIENVENIDOS -†††

No temo a las palabras de los enemigos, si no, al silencio de quienes dicen ser amigos. No temo a las mentiras de los traidores, si no, a la traición de los débiles. No temo al ataque de los mismos de siempre, si no, al ataque caprichoso de los cobardes y confundidos. No temo al horror, no temo al terror porque lo conocemos bien desde que nacemos, le temo a la esperanza y a la confianza, las mismas que se vuelven contra nosotros y nos hostigan hasta que morimos. Uno se acostumbra a seguir construyendo castillos de cristal en el aire, sin prever la tempestad.

lunes, 19 de julio de 2010

Volver a amar.


Ella no había tenido ningún efecto en mí
mientras tímido leía mis escritos frente a la audiencia
aquella dama, quien parecía estar sumergida en mis palabras,
lentamente clavó su mirada en mi perfil...
haciéndome sentir aquella envolvedora firmeza.
Solo la de unos ojos tan hermosos...
verdes claro como el mar pintado,
que tímidos y frívolos
clavaban sus pupilas en mi rostro
me demostraron emociones y sentimientos cruzados...
Me encontraron arriba del escenario
destilando mi arte...
supo ser ella, ¡la mas bella!
quien ocupó mi cabeza en mis diarios
pensante y recordante de momentos tales...
Como en los que indefenso me hallaba
calmando mi adicción a la noche
¡entre melodías y poesías!
hablando a solas con mi corazón que gritaba
desesperado hacia mí sus malditos reproches.
"¿Por qué, siendo tu un poeta de romances,
aun te desvives en soledad?"
siguiéndome diciéndome
"Si sabes que tendrás todo a tu alcance
con solo rendirte a tu soberbia y dejando tu humildad..."
Corazón, que tan ambicioso eres
que te has olvidado del amor,
entre lágrimas le repetía y en consiguiente le decía
"¡¡Que tan importante ha sido aquella gracia que vieres
que te has olvidado del ajeno dolor...!!
No digas más, calla tu voz...
corazón, no quieras ser quien sujete las riendas de mi decisión,
que aunque en cuenta yo siempre te tenga,
lamentable es tu opinión
de usar mis poemas para otros fines que no sea... el amor."
En un intento de defensa mi corazón me respondió
"Poeta no eres ni romántico serás
si yo no te acompañase ni te guiase
por el camino que te desvió
hacia aquella funesta soledad...
¡¡mira poeta fracasado!!
¡¡que bien lo has sabido llevar!!
que aunque feliz quieras seguir
sabes bien que por otro lado
no puedes negar la realidad...
¡¡estás solo!!
¡¡sin nadie más!!
sabiendo perfectamente que yo, tu loco corazón
poco a poco
tomará las riendas de tu caminar..."
La noche se adensaba
mientras la luna tímida miraba
escondida tras nubes de fina lencería
atenta escuchaba
lo que mi razón a mi corazón le contestaba...
"No te creas que te me eres indispensable
pues hoy he conocido la pureza
tras unas pupilas de una dulce niña
que mirándome arriba del estrado
infundía en mí su admirable belleza...
No te creas que te me eres tan importante
que hoy he conocido la verdadera sensibilidad
y aunque tu seas un corazón, rencoroso por un pasado dolor,
quiero que sepas en este instante
que ni siquiera tú conoces tan melancólico mirar.
Si aquella, tan hermosa dama,
frente a ti hoy estuviera...
permitiéndome plantearte tal situación de debate,
sabrías abandonar tu orgullo que tanto te ata
y darle una simple posibilidad a aquella que tan humilde vieras.
Si aquella que hoy me ha llevado a mis locas fantasías
frente a ti hoy se encontrara
sabrías decir, sin posibilidad si quiera de mentir
que su belleza desborda en cada suspiro por no hacerla mía
y que su pureza es pintada por los colores de aquellas inocentes palabras...
Palabras dichas a fin de indagar en mi razón
siendo ella tan humilde como para preguntar
sin que a mi desazón llegue mi rencor
maldito corazón
¡¡déjame en solitario pensar!!
Las horas se desvanecían
así mismo como se carcomía la discusión,
envuelto en cólera mi corazón no tuvo más que aceptar mi razón
de que aunque serían crudas las batallas que venían
mis poemas no serían más que para aquel nuevo amor...
Y aunque algo de verdad
yo en sus palabras encontrara,
palabras manchadas con dolor, y un profundo desamor...
aunque fuese cierto que en soledad
yo poco a poco enfermara…
la realidad era que no quería hacer daño a nadie,
solo quería escribirle a aquella dama...
de ojos verdes de un mar pintado, de un sueño recordado,
que dulce me miraba
mientras yo apenado leía mis pesares.
¡¡Y que hermosa mujer!!
la que ha llegado hasta mí...
que aunque me pese verla pocas veces
el magnífico recuerdo de sus ojos al ver
me ha cautivado así.
De manera tal
que aunque bien sepa que jamás la podré alcanzar,
a mi corazón he callado y a mi razón abandonado
para entregarme por completo a los brazos
de aquella que bien me supo atrapar...
y si solo fuese una obsesión, sin más...
juro por Dios que esta obsesión guarda algo de amor detrás...
pues estarle escribiendo mientras lloro en silencio
debe significar algo para los Dioses que extraños me han de mirar
cuando llegue frente a ellos, humilde con un corazón en mis manos,
asesinado por la manía...
de volver a amar.

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