- BIENVENIDOS -†††

No temo a las palabras de los enemigos, si no, al silencio de quienes dicen ser amigos. No temo a las mentiras de los traidores, si no, a la traición de los débiles. No temo al ataque de los mismos de siempre, si no, al ataque caprichoso de los cobardes y confundidos. No temo al horror, no temo al terror porque lo conocemos bien desde que nacemos, le temo a la esperanza y a la confianza, las mismas que se vuelven contra nosotros y nos hostigan hasta que morimos. Uno se acostumbra a seguir construyendo castillos de cristal en el aire, sin prever la tempestad.

miércoles, 31 de julio de 2013

La desgracia de algunos es el alimento de otros.




No puede hablarse de pecados cuando el infierno ya lo vivimos de antemano, no puede hablarse de fe cuando la realidad desgarra el alma. Mientras que la vida sigue para algunos, el tiempo se detuvo en la desesperación y lo peor aun, el silencio doloroso de la resignación que solo refleja unas lágrimas sobre unas manos gangrenadas de quien se ha cansado de pelear.

A la mierda con los mentirosos que nos mienten en la cara, con quienes plagan la mentira y solo la mentira, la verdad se busca, la verdad se halla afuera, no tan lejos, 40 minutos en tren tal vez, un bondi que te deje en un barrio humilde donde la gente que no tiene nada te habla de quienes lo han perdido todo, donde nosotros que no tenemos nada que ver nos embarramos, nos cortamos y lloramos junto a quienes nos abren la puerta de su corazón y nos dicen "bienvenidos a mi casa, o lo que queda de ella".

Volví de La Plata pero una parte de mi quedó ahí, con esa gente que se desmorona tan lentamente como baja el agua, de esa maraña de mentiras politicas tan repugnante como la alfombra de gusanos que tapizaba el suelo de las calles, de la calidez de los verdaderos compañeros que ayudaban sin parar si quiera para comer ni mucho menos descansar, porque la desgracia no da descanso, ni mucho menos, da que comer.

La desgracia de algunos es el alimento de otros, porque los gusanos se alimentan de la podredumbre y su muerte.

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