- BIENVENIDOS -†††

No temo a las palabras de los enemigos, si no, al silencio de quienes dicen ser amigos. No temo a las mentiras de los traidores, si no, a la traición de los débiles. No temo al ataque de los mismos de siempre, si no, al ataque caprichoso de los cobardes y confundidos. No temo al horror, no temo al terror porque lo conocemos bien desde que nacemos, le temo a la esperanza y a la confianza, las mismas que se vuelven contra nosotros y nos hostigan hasta que morimos. Uno se acostumbra a seguir construyendo castillos de cristal en el aire, sin prever la tempestad.

martes, 7 de enero de 2014

El canto del alma








¡Pero qué manera de callar!
¡¿Acaso ya nadie grita?!
¡Todos parecieran callar!
¡¿Y qué pasó con joder la vida?!

Si lo único que se oye
son gritos ahogados,
hipos y toses
de amantes y ahorcados.

¡Y ya nadie grita!
¡Todos callan ante la injusticia!
¡Mudo el hambre, la dinamita!
¡Muda la muerte, muda agoniza!

Resbalan ahogados en el asfalto,
sus pulmones ennegrecidos de smock.
Sangre en los dedos, en las manos,
mutismo sangrante, silencio amor.

¡Griten, griten su condena!
¡Griten su libertad!
¡Griten hasta quedar sin garganta!
¡Hasta convencernos de que podemos ser más!

Reprimidos asquerosos que se dejan coger,
sus bocas quebradas no conocen del sabor,
solo han tragado el semen pasado del ayer
durmiendo en camas de recuerdos y dolor.

¡Grita tus mentiras político!
¡Grita tus miserias poeta!
¡Grita tus bombas científico!
¡Grita tus precios proxeneta!

Que el silencio reviente incendiado
por los gritos de las masas,
que el silencio sea vedado
por el canto de todas las razas.

¡Grita en tu lucha infeliz!
¡Grita en tus borracheras trasnochadas!
¡Grita tus revoluciones así!
¡Grita, grita como gritan siempre las miradas!

S. Ignacio.

La poesía es una fe







Cuando la reflexión y la estrategia se vuelven habitúes y cotidianas, aparece la madurez, con toda la tragedia que ésta implique. La edad no juega un papel muy importante cuando el tiempo se desmenuza en lánguidas esperas y fugaces destellos de sorpresa, la vida se torna complejamente simple y los trasfondos se hacen presentes en cada momento, en cada lugar.

La creencia se vuelve ingenuidad y la duda filosofía. La madurez no es más que esa ofensiva derrota al miedo y la conformidad que nos hace miserablemente libres y responsables de nuestras acciones, de nuestras ofensas.

La edad no juega un papel muy importante cuando el paso del tiempo no deja más que impotencias, resignación y aburrimiento. Si los grilletes se cierran cada vez más y el espíritu sigue sonriendo, la edad es un eufemismo si no desemboca en una chispa, en una lucha, en un cambio, en una madura rebeldía.


S. Ignacio

Al margen de todo esto



Grandes gestos de elocuencia, alguna que otra mueca de desagrado, una parsimonia inmutable en sus cristales, el hastío en cada uno de sus dientes mascullantes de rutina.
El siempre buscaba novedades, buscaba sorpresa.

Solía concurrir a eventos vacuos de razón. Solo para perderse entre el tumulto. Arrancaba de cada uno unas palabras que iba memorizando a su regreso y coleccionaba las miradas de distraídos.
Afuera la verdad inicia guerras, derroca gobiernos, dibuja estadísticas, llama a dictaduras.

Las verdades se nos ocultan para no volvernos locos, para seguir siendo funcionales. Él se resguardaba entre sábanas sucias de camas diferentes cada noche, nunca conocía el nombre de quien lo hubiera montado, o bien, no los recordaba.

Frente a un Dios arrodillado, los hombre han erguido la nueva Babilonia, donde unas pocas familias viven en lo más alto y desde allí escupen para abajo. Su soledad siempre fue bien acompañada por amantes y curiosas.

La tierra fértil ha servido de abono para la lucha campesina, los engranajes de las nuevas máquinas que activaban el sistema también pusieron en funcionamiento la lucha proletaria y la pólvora oscura como la codicia ha oscurecido sus reclamos, los títeres de la fuerza siempre han defendido al amo, solo el humo negro de llantas ardiendo en el pavimento da cuenta de la resistencia, de la fe. El siempre ha creído que lo mejor era no creer en nada, solo dar cuenta de la realidad.

Los sacrificios cada vez son más altos y las victorias más austeras, pero siempre habrá algo de calma y vientos cómplices que nos conduzcan a nuevos compañeros y nuevas utopías, la lucha solo termina cuando uno traiciona, cuando uno olvida.
El siempre ha buscado nuevos planetas, por ello siempre caía en dunas de estrellas, en cabellos de mujer, siempre dormido en sus brazos de galaxias, pero la verdad está ahí fuera, moviendo sus engranajes, oscureciendo el cielo, acallando los reclamos, adoptando esclavos, vendiendo sicarios, asustando a los sueños.


Silguero Ignacio.

Siempre se extrañan los compañeros, los amigos, la familia, el hogar, por frio que haga, por smock que se respire, por miedo que sientas, por cosas que callen, por más que mientas, por las necesidades que pases, por atrocidades que veas, por injurias que oigas, por lo mucho que quieras, por lo poco que puedas hacer, por lo tanto que deseas, por las puertas que a veces no se abren y aquellas que se cierran, por los cristales empañados y la caca de perro en la vereda, por la neblina londinense impregnando tus pulmones, por el largo viaje en carretera, por la fugacidad del momento, por lo mucho que se recuerda.

Que se yo, siempre se extraña, por la melancolía del porteño, la costumbre de coleccionar penas, por esas charlas hipotéticas acerca de la nada, por la necia adicción a la resistencia. Se extraña y es la demostración mas pura de afecto, de recuerdo, que a pesar de la distancia el hombre se abraza impune a sus ángeles y sus demonios, sus afectos.

S. Ignacio

¡Pero querida! el amor infecta cada recodo de la esencia de este poema, claramente, los matices que pueda llegar a adoptar son multicromáticos al reflejarse en el cristaloide de cada sentimiento, cada emoción, cada sentir. El amor no es un sentimiento, si no más bien, la médula de nuestras acciones.
¿Acaso no fue amor lo que llevó a tantos a arriesgar sus vidas y sacrificarlas por un ideal, una utopía, una esperanza, un idilio? ¿Acaso no es el amor al dinero, al poder, a la vanidad lo que mueve los hilos de la política, las fuerzas, lo bancos, del sistema que nos masacra, humilla y tortura? ¿Acaso no es el amor a lo excelso lo que nos conduce a los excesos, la pérdida de fe, las soledades, el desamparo y la poesía?

¿Acaso es amor... o mera ingenuidad?