El odio y el amor como ejes propulsores de la maquinaria
pasionaria que es el hombre. En la profundidad del arte, se encuentra lo
sublime del talento, encarnado en lo insensato del sentimiento, lo rudimentario
del amar, el odiar, el sentir.
- BIENVENIDOS -†††
No temo a las palabras de los enemigos, si no, al silencio de quienes dicen ser amigos. No temo a las mentiras de los traidores, si no, a la traición de los débiles. No temo al ataque de los mismos de siempre, si no, al ataque caprichoso de los cobardes y confundidos. No temo al horror, no temo al terror porque lo conocemos bien desde que nacemos, le temo a la esperanza y a la confianza, las mismas que se vuelven contra nosotros y nos hostigan hasta que morimos. Uno se acostumbra a seguir construyendo castillos de cristal en el aire, sin prever la tempestad.
martes, 7 de enero de 2014
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