- BIENVENIDOS -†††

No temo a las palabras de los enemigos, si no, al silencio de quienes dicen ser amigos. No temo a las mentiras de los traidores, si no, a la traición de los débiles. No temo al ataque de los mismos de siempre, si no, al ataque caprichoso de los cobardes y confundidos. No temo al horror, no temo al terror porque lo conocemos bien desde que nacemos, le temo a la esperanza y a la confianza, las mismas que se vuelven contra nosotros y nos hostigan hasta que morimos. Uno se acostumbra a seguir construyendo castillos de cristal en el aire, sin prever la tempestad.

martes, 7 de enero de 2014




Qué sé yo, tal vez lo que uno aprende no es más que la justa causa de una burla mal labrada. Y ese tal vez, el inicio de la duda, sea el resultado del paso del tiempo, el mismo que te acorrala con sus pezuñas de marfil y te sacrifica al debido tiempo, te convierte en ese espartajo de limosnero que ruega piedad o te atraganta con su orgullo.

Si he visto aquello que no he vivido, ¿puedo decir que soy testigo? seré una circunstancia, un instante, un pormenor sobrepasado por el azar, pero no un testigo, no una elección.
De esta manera, tampoco puede uno librarse de su suerte, ni sucumbir a la huida cobarde de quien renuncia a su esencia.

La búsqueda de la simpleza es lo que nos torna incomprensibles.

S.I.

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